CULIACÁN.- La música de Pachacamac parece una evocación a los dioses, a la abundante naturaleza que habita en el Universo y a los seres que nos antecedieron como civilización. Ello, porque se inspira en la cultura prehispánica, en la cosmovisión indígena y la tradición oral y se fusiona con lo contemporáneo.
En el concierto que ofrecieron durante el Festival Universitario de la Cultura, el grupo integrado por Hernán Caro, Giovanna Ramo, Jonathan Espinoza y Alex Acuña, ofreció a los sinaloenses un recorrido por la cultura prehispánica del Perú.
Los músicos hablaron de su país, de sus instrumentos y manifestaron su gusto por estar en México, pueblo con el que tienen en común ser cuna de grandes civilizaciones, como la inca, la maya, la azteca.
"Es para nosotros muy grato estar en Culiacán", manifestó Cano, director de la agrupación, guitarrista y primera voz.
Tocaron música ancestral, con instrumentos prehispánicos y luego mestiza, en la que ya incorporaron la guitarra y el charango.
Y entonces cantaron, Los ojos del Lainam, ante un ávido público que se reunió en la explanada del Edificio Central.
Entre una y otra canción, los integrantes hacían comentarios, logrando una conexión con la gente que no dejaba de aplaudir, aún antes de terminar cada interpretación.
La percusionista Giovanna Ramos destacó la ritualidad que han tenido México y Perú y les dedicó Rituales antiguos.
"Porque es bueno conocer nuestras raíces, para construir un futuro bien enraizado, más sólido".
Y así, cada canción la fueron enlazando con comentarios relacionados con lo que une a uno y otro país, con las cosas en que se parecen.
"El nuestro también tiene muchas regiones, tenemos costas, valles...", y en eso estaba cuando una falla de sonido generó un gran estruendo.
"Me asusté, pensé que se trataba de un ataque", y todos, los del escenario y los del público se rieron.
Pero su música, inspirada en la historia y la tradición oral de sus pueblos, llenó de nuevo de inspiración a la gente.
Cantaron La fiesta de la serpiente, una alegoría inca, con flautas y percusiones, y un tema dedicado al último inca Atahualpa.
Y con sus tinyas, o tambor andino, las chajchas de semillas, huesos y pezuñas de cabra, las cortinas de caracoles, escamas de paiche, conchas marinas, cristales y semillas de la selva, sonajeros y raspadores, palos de agua, caracoles marinos, antaras de cerámica, hicieron que la música siguiera.
Pero cuando mostraron los instrumentos de origen nazca, los siskus, las familias se dejaron sorprender por su sonido, idéntico a como se escuchaba hace mil 500 años, con El chasqui del aire.
Así culminó la noche, con un concierto inspirado en la música del Perú, en su memoria ancestral, la naturaleza y el mundo de hoy.
EL GRUPO
Pachacamac se creó en 1997 y desde un principio se erigió como uno de los promotores de la música andina de proyección. Su trabajo abarca la investigación, la experimentación y la creación musical, utilizan instrumentos ancestrales y mestizos del Perú.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios
Publicar un comentario