Reseña Histórica

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A fines del Siglo XIX el pueblo de Pachacámac se organizaba para la realización de las Festividades de Semana Santa, era una Festividad donde todos se preparaban, se hacia una colecta al pueblo bordeando los caseríos de Manzano, Rinconada, Huertos de Villena, Las Palmas, Quebrada Verde, Guayabo, Picapiedra y Manchay. La Municipalidad aportaba económicamente en aquel entonces, el pueblo de Pachacámac bordeaba hasta Cieneguilla, San Bartolo y Surco. El Municipio encabezado por el Alcalde nombraba cada año un Mayordomo encargado de realizar las festividades.

En 1898 se confecciona el Sepulcro del Señor con la colaboración del pueblo y el Sr. Ayala (Carpintero) que fue quien diseño y construyo el Sepulcro que perdura hasta la actualidad. En ese entonces solo había 11 devotos que se encargaban de adornar y cuidar el retablo durante la Semana Santa, luego fueron 12 y estos 12 cargaban el Sepulcro del Señor el cual tiene un peso aproximado de 1000 kilogramos. En estas ocasiones apoyaban los sacerdotes carmelitas los cuales predicaban el Sermón de las 3 Horas.

Al morir el Mayordomo en aquel entonces la viuda se encargaba de hacer la colecta al pueblo para las Festividades teniendo mucho éxito. Luego deja a cargo a su hijo Ricardo Chaca Arias y toma la batuta de la Hermandad. Al no haber aportaciones del Municipio, el grupo de devotos se propuso a realizar la festividad, para aquel entonces el Padre Ricardo de los Carmelitas se propuso formarlos como Hermandad.

En un sentido que no haya muchas mujeres entorno al Señor (como en el Antiguo Testamento) el Padre Ricardo le pone el nombre de “Hermandad de Caballeros de la Sagrada Pasión de Pachacámac” por que se formo solo con hombres los cuales representaban a los apóstoles de Jesús.

Al formarse la Hermandad, eligen como primer presidente al Señor Ricardo Chaca Arias y la Hermandad empieza a caminar con pasos cortos y así perdura hasta nuestros días. Todo aquel que quiere ingresar a la Hermandad tiene que pasar por una etapa de “aspirante” por uno o dos años, los necesarios para que pueda ingresar luego pasaban a ser “Penitentes”.

Con espada en mano, velo y cabeza y rostro cubierto ayunaban por tres días en completa oración, esta penitencia se hacia con una promesa la cual duraba varios años, al terminar su etapa de penitente pasaba a cargar el Santo Sepulcro con el grado de “Santo Varón” el cual es respetado por los penitentes por haber pasado esta dura etapa. El Santo Varón hace sus votos de por vida y carga el Santo Sepulcro hasta sus últimos días, este es recibido por los penitentes con todos los honores.

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