Valles verdes y soleados
Qué mejor motivo para salir de la ciudad que un fin de semana largo. Una alternativa cercana y saludable es siempre el valle de Lurín y Pachacámac. Cerca de la ciudad, pero no mucho, en estos valles podemos sentirnos todavía en el campo, disfrutar de los tan preciados rayitos de sol, sobre todo en esta época del año, cuando todavía no nos acostumbramos a los días oscuros de la ciudad y, además, tenemos otra razón muy importante, aquí se come muy bien.
Si sale temprano de Lima tendrá tiempo de dar un recorrido por el complejo arqueológico de Pachacámac, admirar de cerca sus templos y pirámides de barro, desde donde se tiene una hermosa vista del litoral, y visitar el acllawasi y las pirámides con rampa.
UN POCO DE AVENTURA
Si lo suyo es la adrenalina, aquí hay varias rutas para ponerse en forma y admirar las lomas durante la temporada verde, que va de junio a noviembre. La geografía de estos valles permite realizar variados deportes al aire libre. En las Lomas del Lúcumo hay un circuito ecoturístico organizado por la comunidad de Quebrada Verde que incluye cinco kilómetros de senderos donde en una tranquila caminata podrá ver desde pinturas rupestres hasta vizcachas y flores propias de este ecosistema, como la flor de Amancaes. En Mamacona se crían bellos ejemplares de caballos peruanos de paso y se organizan paseos para recorrer el valle cabalgando estos acémilas de elegante andar.
PLACER CULINARIO
Ahora el valle cuenta con un abanico de opciones gastronómicas que van mucho más allá del exquisito y clásico chicharrón. Siempre prevalece el legendario sabor casero de la Vaca Colorada o la cocina regional de Mi Familia. Tenemos otras alternativas como el acogedor restaurante de Don Cucho o, para los más pequeños, una vuelta por La Granja del Arriero o La Querencia, para saborear de sus parrillas o pollos a la brasa que siempre caen bien.
VIVENCIAS
Hay varios lugares del valle que se están organizando para mostrar a los turistas de una manera amena cómo viven y cómo trabajan la artesanía estos pobladores rurales. Un ejemplo de esto es la asociación de artesanos de la comunidad artesanal de Ichimay Wari, que son artesanos ayacuchanos que se han asentado en Lurín, trabajan en talleres de arte popular y exponen sus trabajos a los turistas que los visitan. Además, como parte de estos planes de turismo vivencial, en la chacra de bioagricultura Casablanca se ha implementado un espacio donde se practica la agricultura orgánica y se cría cuyes. Aquí los anfitriones, el Sr. Ulises y la Sra. Carmen, reciben a los visitantes y los animan a participar en las labores agrícolas.
Como ve, estos valles esperan al visitante con distintas actividades, con un paisaje hermoso como marco y con la mesa bien servida.
ALLÁ VAMOS
Cómo llegar: Para ir hacia Lurín y Pachacámac hay que tomar la salida 25A de la Panamericana Sur que está en el ingreso a la Panamericana antigua por la refinería Conchán.
Complejo de Pachacámac: Antigua Panamericana Sur k 31. Horario: lunes a domingo de 9 a.m. a 5 p.m.
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